martes, 13 de diciembre de 2011

Triste, pero real...

Hoy, solo quedan treinta y un días para mi cumpleaños, para tener un año más, un año más que apuntar en mi lista, un año más sobre la espalda... y veinte, un nuevo periodo, un nuevo número...
Y hoy solo quedan once días para año nuevo, y sigo sin plan, sin ganas, sin necesidad...
Hoy estoy enfadada, rabiosa, no quiero que llegue... Y sí, es un año más, más vida, más que vivir, más que disfrutar, más que sentir...
Pero, es un año más que dejo detrás, y que no ha sufrido a penas cambios al anterior, o al anterior, o al anterior... No avanzo, y si yo no lo hago como persona, menos quiero hacerlo con mi cuerpo, mi yo físico...
Todo se acaba, eso lo sabemos todos, y también sé que hay que disfrutar día a día con lo que sea, con lo que se tenga. Pero si siempre se tiene lo mismo, eso ya se conoce, ya se sabe como es y lo que se siente con ello... Necesito lo nuevo, lo desconocido, lo que me haga disfrutar más de mi día a día, lo que haga que sonría de forma distinta, que viva más y mejor mi vida, mi año, el siguiente y el siguiente. Que los viva al máximo unos detrás de otro, y que guarde, después de su paso, miles de recuerdos, unos para contar y otros para guardar en los más profundo, solo para mi. Y así hasta que tenga que ser...
Pero es triste, que con solo diecinueve años, no haya forma de que me saque una sonrisa alguien, hablándome de dentro de un mes o de dentro de once días.. Muy triste,demasiado!
Y eso me enfada aun más, me enerva, me pone nerviosa...
Yo soy vital, con ganas de vivir, con ganas de vivir muchas cosas! Pero también, exigente conmigo misma, y ver que no avanzo, que me quedo atrás comparada con el resto, que no consigo ser más feliz, ser lo feliz que debería ser...todo esto me enfada todavía más... Y hace que ya no me guste nada, ni yo, ni el resto, ni mi mundo, ni nada....

lunes, 1 de agosto de 2011

Necesito que me quieran.

Necesito sentirme importante, en mi vida, en la de alguien. Necesito sentir que me necesitan, aunque sea un poquito. Necesito que alguien me mire a la cara, y viendome sonreir, sea feliz, que se alegre de verme feliz. De ver mis ojos achinados al reir, cuando mis pomulos se alcen, y mis dientes se asomen entre mis labios. Alguien que necesite de mis besos para respirar. Alguien que con sentir mi mano cerca o el roce de mi piel, sienta un escalofrio. Un escalofrio, que le recorra todo el cuerpo, de arriba a abajo, de izquierda a derecha, desde la medula ósea hasta las llemas de los dedos... Que herice su piel, que la transforme en millones de puntitos en relieve y que solo puedan calmarse cuando, el que fuese roce, sea contacto...
Lo necesito.

jueves, 10 de febrero de 2011

Aquellos pensamientos....

Llevas dos noches colándote en mis sueños y haciéndome revivir ciertos sentimientos. Sentimientos olvidados y obligados a desaparece, que me hacen creerte, verte de nuevo de otra forma, y vivir un sueño: una complicidad, una sonrisa, un pasado olvidado, un arrepentimiento, paz y felicidad, y a ti y a mi. Ver timidez, sonrisas, verdad fuerza y valor, algo imposible de oprimir, algo....
Y te ruego desde aquí que desaparezcas y te vayas, porque hacer soñar contigo a alguien que ya lo hizo, solo puede producirle dolor, de nuevo dolor, e incertidumbre por no saber que es lo que se siente ni lo que se quiere. Por ello vete.
Si esto solo va a ser una aparición fugaz y dolorosa, márchate, y márchate ya mismo! Si no aparece de nuevo, pero esta vez en carne y hueso, para quedarte, para vivir y cambiar, para experimentar la verdad: su sabor, su olor, su dolor...
Pero no tardes, porque los sueños son interpretaciones de mi propia alma y dan a conocer nuevas situaciones, carencias y nuevos sentimientos, o al menos así lo pensaban los Egipcios. (B)







Porque cuanto te miro todo mi mundo da un vuelco: mis tripas rugen como tigres y tiemblan como las alas de una mariposa. Mi corazón se acelera cual presa antes de ser cazada, mis ojos brillan como si de un sol te trataras y mi mente pasa a formar parte de un mundo donde la luna está llena y siempre se refleja en el mar, acompañada de miles de luceros, iluminándome, iluminándote.(J)

lunes, 27 de septiembre de 2010

Adiós.

Adiós. Adiós a tu sonrisa, a tus ojos egipcios, a ti. Adiós a todo lo que mi cabeza y mi corazón habían imaginado junto a ti. Adiós a todo lo que podríamos haber vivido y que no pasará. Adiós a ti, moreno, negro. Adiós a mis sonrisas al ver tus fotos, y hola a mi dolor y a mi vacío. Hola al enorme hueco que ahora siento en el estómago y que antes era habitado por unas pequeñas y preciosas mariposas... Hola a la nada, a la apatía, pero no hola a las lágrimas, no salen, no brotan, no lo quieren hacer o no pueden hacerlo. Tal vez no puedan darse cuenta de que esto es un adiós un no definitivo, que la duda que albergaba esta historia ya no se alberga porque ya no hay historia. O tal vez no salen porque no quiero que salgan, porque me lo he prohibido, porque estoy harta del dolor y de no vivir. De solo pensar y pensar e imaginar, imaginar un mundo y una historia imposibles, y olvidados. No quiero derramar esa lágrima, esa lágrima que haga que de verdad signifiques lo que siento que significas. Esa lágrima que haga que, una vez más, me de cuenta de que soy una simple niña tonta, encaprichada e ilusa que no sabe admitir la realidad. Esa niña que ha luchado para solo tenerte a ti en sus sueños, para que solo tú seas su sueño, y que hay deseado ser los tuyos. De hecho creo que alguna vez he sido los tuyos, pero pocas, porque, entiendo, que los hayas reprimido e intentado olvidar, en parte igual que yo, pero no entiendo que los hayas olvidado. Ahora hay otra, otra más guapa, más lista y, probablemente, más mayor que yo ocupando todos esos sueños que un día quise míos. Y lo entiendo, entiendo la edad, entiendo la belleza y entiendo que haya sabido llamar tu antención y tenerte entre sus brazos. Entiendo como más lista que yo a esa que ahora está en tu cabeza, que ocupa tu hueco del estómago y las llamadas a tu móvil. Entiendo que ella, y no yo, ha sabido hacer que la miraras, que te fijaras en ella, y sobretodo que vieras algo más y que quisieras algo más de ella. Pues vestirse o comportarse de una forma que llame la atención lo sabemos hacer todos, pero captarte a ti, a tu mirada y a tu corazón solo lo sabe hacer ella.
Y me alegro, me alegro de verte sonreír como no te he visto muchas veces, me alegro que se te quede esa carita después de hablar con ella, pero odio que sea ella y no yo, odio no ser ella y odio que ella no sea yo. Odio no poder hablarte o abrazarte, odio cuando sonríes por pensar en ella, o cuando todos bromean y te felicitan por ella. Pero si algo está claro es que ella no tiene la culpa, la culpa es mía, por pensar e imaginar por quererte, por saber que no debía hacerlo pero creer que sí. Y tu, idiota, poco luchador y poco valiente. Si tus miradas y tus sonrisas hubiesen sido ciertas o si lo han sido, idiota por no demostrármelas, por no dármelas y regalármelas, idiota por no luchar por algo casi imposible.
No, idiota tu no, idiota yo.

martes, 27 de julio de 2010

Egipcios.



Hace poco leí una frase "aquellos que sonríen cuando por dentro no lo hacen, son los verdaderamente valientes", y sí es cierto. Aquellos que sonreimos cuando por dentro, no solo hay alegria, sino que también hay miedo y temor, cuando hay recuerdos que duelen y que hacen temblar todo el cuerpo, cuando hay sentimiento y dolor, inseparables, cuando hay cariño y necesidad de él. Aquellos que ante momentos tristes sonríen, y regalan a los demás su sonrisa, aquellos que no dudan en dedicar a alguien una muesca, ese brillo que desprende parte de su ser, la parte de querer ser felices, de tener ganas de vivir y de querer darles a esas personas parte de ti, porque te importan y porque te hacen sentir.
También son aquellos que sufren, como todos los demás, pero derrumbados o no, tristes o no, sonríen a la vida, y le dan una oportunidad a cada día brindandole la posibilidad de cambiar lo que siente o mejorar lo que siente, aunque también la de sufrir. Pero en mi opinión todas aquellas personas que sonríen a la vida, que sonríen a aquellos que quieren sonreir porque así lo sienten, aquellos a los que se les mueve el cuerpo por ver a otro sonreir- esten haciendolo o no por ellos- por ver a otro que ve tu sonrisa, que sabe que se la estás dando y que se la regalas..
Y todos aquellos que sonríen también lloran, por supuesto, pero no tardan en volver a reir, porque hay que ver algo bueno de la vida y del mundo, y aunque se sufra siempre habrá algo, por pequeño que sea por lo que merece la pena sonreir; ya sea una personita que solo de mirarte te vuelve loca, o alguien que con una simple mirada, un pequeño instante en el que sus ojos coincidan con los tuyos, te hace sentir todo y nada, te hace sonreir, pues tu respuesta a sentir, algo nuevo o ya vivido, es una sonrisa, una muestra de esa felicidad que tu sientes por dentro y que te hace sentir lo de fuera.
Y algo que reconforta en gran medida a todos aquellos que sonríen, es ver como cuando se siente algo por alguien y esta persona te ve sufrir y te ve derramar una lagrima por la mejilla, y mira y le duele y no quiere ni le gusta verte así,sino que sólo quiere que recuperes tu sonrisa. Eso te hace sonreir. A mi me hace sonreir. Me hace sonreir pensar en su mirada, en su intento por calmarme, pero sobretodo en su gesto y en sus ojos que se movían a la vez que la lagrima lo hacía, que algo indecisos se movían de un lado a otro, y después me miraban de nuevo, aquellos ojos egipcios que ya están en mi memoria, y por los que sonrío.

domingo, 4 de julio de 2010

Yo.

Soy esa chica, que intenta sonreír a todo, que es alegre, supongo que porque la vida me ha enseñado a serlo o a intentar serlo ante difíciles circunstancias, esa a la que le gustan las pulseras y los vestidos, esa que aunque a veces se sienta como nada o indiferente, se siente muy segura de si misma y confía plenamente en ella, esa que sufre por los demás y por ella misma, pero esa que no hecha a nadie de su vida así como así, esa que aun teniendo algún "innombrable" (que todos tenemos en nuestras vidas) no puede evitar verlo o verla sufrir y acudir en su ayuda: puedo discutir o incluso odiar un poco a alguien pero jamás podré dejar pasar que esté mal delante mío; no se como se le llama a eso, pero esa soy yo la que no puede evitar ayudar a alguien que ha formado parte de su vida, que ha dejado un bueno o malo recuerdo. Y soy esa que no se engaña porque engañándose solo se puede sufrir, y eso lo he vivido, y soy esa que prefiere tener un amigo a un recuerdo, pero soy esa que acepta las decisiones de los demás, y que desde hace poco tiempo ha conseguido ser mucho más independiente y ha conseguido decidir y hacer las cosas porque ella quiere, y a atenerse a las consecuencias si estas son malas o a aceptarlas y a aprovecharlas si son buenas.
Y soy esa que quiere algo, y no sabe si luchar por ello o no hacerlo, y soy esa que lo pasa demasiado mal: mucho más de lo que se merece. Soy aquella que sufre por los demás y sufre porque quiere y no le quieren, porque mira de una forma en que no le miran, porque siente y él no siente. Y soy aquella que ve más allá y que imagina un futuro, y que sueña con él pero que sabe que es dificil y que no pasará...
Soy esa que espera a un moreno que jamás se dará cuenta, aquella que sabe que es difícil por no decir imposible.

Si esa soy yo.

sábado, 15 de mayo de 2010

No dudaría en volver a reir.


Hoy 12 años después de que te fueras, te recordamos y seguimos llorando al pensar en ti. Y sonreímos cuando vemos tus fotos o te recordamos, hoy escucho esa fantástica canción de Antonio Flores, que no se porqué desde niña asocio a ti. Que me hace pensar en ti, me hace notarte cerca y sentirte aquí conmigo. Porque sé que lo estas, ya seas una pequeña mariposa que veo en verano, o una brisa que me hace tiritar, o eso que siento cuando veo vídeos o fotos y te pienso, ese escalofrío.
Porque te pienso, eso también lo sabes. Sabes que eres un pensamiento constante en mí, que sigue y está ahí y no se mueve, que está bien guardado en el subconsciente, y que no quiero que se borre nunca.
No te recuerdo mucho, hace mucho de la última vez que te vi, y siendo yo una niña. La voz, la mirada, la sonrisa... ya no son parte de mi recuerdo..al menos no las reales y verdaderas, solo las de las fotos... Y ahora que veo vídeos y me fijo, y siento más de lo que lo hacía antes, veo como me mirabas cuando hacia payasadas, cuando me reía o hablaba, y solo por esa mirada ese sentimiento que desprendías te quiero, y te doy las gracias por traerme al mundo y hacerme feliz durante seis años, por a ver dejado cosas tuyas en mi, aunque pocas, pero algunas, por decirme de algún modo, cuando me parezco a ti, por transmitirme cosas, no se como, de como eras cuando yo las percibo o las relaciono a ti.Esas cosas que otros me dicen que tu no hacías o que no eras de tal forma o pensabas en eso, pero tú o algo en mí me dice que si lo eras o hacías.. y eso me une a ti porque yo lo siento y te siento.
Y también me siento mal, porque no he caído en la cuenta hasta hace un rato que hoy es 15 de Mayo de 2010, y que en 1998 dejé de verte y notarte.. y casi no me enteré, era una niña que no entendía porque no iba a ver nunca más a sus mamá, pero supongo que con 6 años tampoco se es muy consciente de lo que pasa al rededor. Solo lo era mientras dormía, cuando soñaba una y otra vez que entrabas por la puerta de mi cuarto y me abrazabas con fuerza, y llorábamos juntas porque sabíamos lo que en realidad pasaba. Pero al momento puff, todo desaparecía y ahí estaba yo, en mi cuarto oscuro y sola, llorando y berreando porque te había visto y abrazado, pero tú no estabas.
Recuerdo cada mirada empañada al mirarme, ese día y cada vez que pasaba algo importante en nuestras vidas.. Recuerdo todos los ojos llorosos aquel 15 de Mayo, aquellos que no se apartaban de nosotras, aquellos que me miraban entre la puerta cuando me encanaba a gritar y a llorar porque no lo entendía, porque no podía ser cierto, porque no. Eso chillaba: no.
Y hoy desde aquí, desde todas partes donde esté, y desde lo más profundo de mi corazón te digo que te quiero. Que siempre vas a ser mi madre, que yo lo seré algún día y tu lo verás desde algún lugar.
Sé que tu me transmites ese sentimiento, esa espiritualidad que siento, esa ansia de lo libre y mágico, de lo bohemío y tranquilo. Y por eso y todo, gracias mamá.